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Nuestra historia

Más de 200 años de historia han pasado por los viñedos que rodean a esta edificación que conserva los valores arquitectónicos, etnográficos, culturales y patrimoniales inherentes a la identidad de Lanzarote.

Las primeras referencias documentadas que hablan de una “gran casa” y cortijo en esta zona de Testeina datan del siglo XVI. Bodegas Vega de Yuco en su apuesta por conservar la herencia de la cultura vitícola, agrícola, cultural y patrimonial de la isla, emprendió en 2018 el proyecto de recuperación y rehabilitación de la finca y la casa histórica que hoy se presenta como un espacio abierto para el disfrute de diferentes experiencias enoturísticas y como espacio único y singular de la isla de Lanzarote para acoger eventos, bodas, congresos, reuniones e incentivos. En este espacio se llevan a cabo también actividades y servicios complementarios como catas privadas, maridajes gastronómicos y experiencias enoturísticas personalizadas.

Descubre la finca

Testeina-La Geria y sus aledaños se convirtieron en la principal zona productora de vinos de Lanzarote, condición que perdura en la actualidad.

Este espacio no es excepcional solo desde el punto de vista productivo, sino que constituye una zona única por sus valores históricos, en su vertiente arqueológica y etnográfica vinculada también a la cultura del agua. Desde la casa se puede acceder al corazón de este impresionante paisaje vitícola, por un sendero que lleva hasta varios enclaves singulares, y descubrir además de las vistas, la fuente natural de agua que se encuentra en plena montaña de Testeina. Las viñas de esta finca tienen una media de edad en torno a los 60-80 años, lo que aporta unos matices de gran calidad a los vinos y a la materia prima producida.

Montaña testeina

La Montaña de Testeina es un cono de cráter sumital, con cierta asimetría, que acumula más material al suroeste, al sotavento, indicándonos la dirección del viento en el momento de la erupción.

La apertura del cráter -al noreste- genera un pequeño barranco que en la actualidad está cubierto por piroclastos de las erupciones de Timanfaya, al igual que gran parte del cono volcánico y su cráter. Solo las partes superiores muestran la coloración de suelo antiguo.

Se calcula que este cono volcánico pertenece al pleistoceno medio, entre 780.000 años y 127.000 años. Su diámetro es de unos 700 metros y se eleva 98 metros sobre su base y 340 metros sobre el nivel del mar. Pertenece a la alineación montaña Miguel Ruiz y montaña de Juan Bello, todos ellos son conos de tefra basálticos, escorias y piroclastos de dispersión.

La historia del lugar

«Finca Testeina, es una parada única para conocer la historia de la isla de Lanzarote, donde el localizado paraje ha transitado paralelo a los hitos de cambio de la isla.»  (1849, Pascual Madoz)

En 1849, Pascual Madoz recoge en el Diccionario Geográfico-Estadístico-Histórico de España y sus posesiones de Ultramar (Tomo XVI) que después de las erupciones de Timanfaya, se encuentra en este mismo lugar una casa y que en el terreno circundante existen plantaciones de viñas excavadas en la ceniza volcánica que cubre la superficie.

Testeina (Página. 751): granja en la isla de Lanzarote, prov. de Canarias, part. jud. de Teguise, térm. jurisd. de Tías. SIT . contigua y al N. de Conil, entre Masdache al E. «y los volcanes de Sta. Catalina al N. y NO. Se compone de 4 milla cuadrada de superficie, cubierta de 4 a 6 pies de arena volcánica, plantada de vid y árboles frutales, de propiedad de varias personas. Sobre una colina hay construida una pintoresca casita de campo, que mirando al S. sus moradores, deleitan la vista en lo que cabe con la escasez de arbolado que se les presenta, mientras que si quieren horrorizarse, solo tienen que abrir una puerta y mirar en dirección N., donde muchos ríos de lava que inundan el país se ven debajo sus plantas, mas erizados que el mar embravecido por un huracán. La montaña titulada de Testeina, es un cráter de 2,000 pies de altura, contemporáneo al de Sta. Catalina y á una milla corta de esta, entre los que pasa la lava y se encuentra la colina con la mencionada casita. Media milla hacia el O., yace sumergido debajo de la lava el pueblo y vega de Testeina.

«Pero -también- que antes de las erupciones de Timanfaya, Testeina ya existía como ‘pueblo, comarca y cortijo’. Las primeras referencias documentadas datan del siglo XVI.»

CAPITULO 3 DEL RELATO DE “LA FAMOSA BATALLA DE TAFARAUTE”, DEL PRIMERO DE NOVIEMBRE DE 1549:

Luis de León «El Valiente» fue también gobernador de Fuerteventura y como hombre noble mandó poner almenas en su casa de Testeina; casó dos veces y tuvo de ambos matrimonios trece hijos, el mayor Diego de Cabrera León, el del relato de la batalla de Tafaraute, capitán de caballos en Fuerteventura, familiar y alguacil mayor de la Inquisición. Otra de sus hijas fue doña Bernardina de Cabrera, que tuvo con el conde-marqués de Lanzarote don Agustín de Herrera y Rojas a Doña Constanza de Herrera, mujer del famoso provincial Gonzalo Argote de Molina.

TRANSCURRE EL SIGLO XVI Y XVII CON VARIAS DESCRIPCIONES DE TESTEINA COMO VEGA AGRÍCOLA DE GRANOS, CON UNA PRODUCTIVIDAD IMPORTANTE:

“La Vega de Testeina es una tierra de sembradura cuyo aprovechamiento comunal reportaba la mayoría de los años rentas a los fondos de la institución”.

La propiedad del cortijo y tierras circundantes que rondaban las 130 fanegas, pasaron por personajes vinculados al clero y a familias de poder de Gran Canaria; como por ejemplo, Felipe de Ayala y Navarro o Fernando del Castillo Olivares.

Un antes y un después, drástico, lo marcan las erupciones de Timanfaya, un gigantesco ciclo eruptivo acaecido entre 1730 y 1736 y que cubre un tercio de la isla de Lanzarote.

Erupciones volcánicas,
pueblos sepultados y Testeina

La herencia familiar de la Casa

Concha Marina Rocha Tophan -heredera de esta casa- junto a su marido Antonio Díaz Bethencourt y sus hijos, habitaron este espacio hasta la mitad avanzada del siglo XX.

Heredaron de sus tíos, María del Carmen Rocha Cabrera y Agustín del Castillo y Manrique de Lara, la actividad de producción del vino. Este último personaje perteneció al linaje del condado de la Vega Grande de la isla de Gran Canaria, aunque nunca fue nombrado con dicho título al no tener descendencia.

La transmisión de generación en generación de la cultura agraria, relacionada con la viña y con la elaboración del vino, viaja en el tiempo a la par de la práctica del bordado. Son numerosos los testimonios que recuerdan ver en la casa la abundancia de hilos, botones y exquisitas telas traídas desde Gran Canaria en esos viajes de ida y vuelta a la isla capitalina.

La cultura del agua

Viticultura centenaria

Paisaje & Viñedo

La viña en Lanzarote es una superviviente al secano, a la escasa altitud, a la filoxera, nunca llegó el insecto llamado filoxera (Daktulosphaira vitifoliae) a la isla, tampoco al resto del archipiélago canario.

Canarias, Chipre, Chile y Creta se salvaron de esta enfermedad que provocó una enorme crisis, pérdida de productividad y variedades de vides a finales del siglo XIX.

En Lanzarote las variedades evolucionaron y sobrevivieron, al ser un territorio alejado, insular y de secano. La variedad de uva Malvasía Volcánica se ha diferenciado y es calificada como genéticamente única en el mundo. Otras variedades presentes en esta isla son la listán blanco, listán negro, diego, moscatel de Alejandría y Burra blanca, entre otras.

Las viñas de esta finca tienen una media de edad en torno a los 60-80 años, lo que aporta unos matices de gran calidad a la materia prima producida.

La plantación de nuevas parras se realiza a pie franco o mediante margullado (acodo), sin injertos. En una zona de hoyos grandes con un marco de plantación superior a 4 metros de una parra a otra, el rango de vides va desde 150 parras por hectárea hasta 500 parras por hectárea, en los hoyos de menos profundidad.

La productividad de una hectárea de viña puede rondar los 1.000 kilos, en los años normales, ya que la productividad es muy fluctuante, con la existencia de años de muy baja producción. En la  isla de Lanzarote, la producción oscila entre los 4 millones y los 600.000 kilos al año. Nuestras viñas producen un producto único, fruto del esfuerzo y del secano, con todo el sabor de los minerales de esta tierra volcánica y la esencia de los alisios del Atlántico.